Selección liguista: entre campeonatos y decisiones que dividen
Desde el 2022 al 2025 pasaron 95 jugadoras en los procesos de selección femenina. Con dos títulos, muchos contratiempos y decisiones que hicieron ruido para la conformación del plantel en estos años.
Por momentos, el camino fue de gloria. Por otros, de silencios incómodos. El seleccionado femenino de la Liga del Sur, desde su regreso en 2021, ha sido una mezcla constante de avances deportivos y retrocesos institucionales. Un proyecto que cada año se reinicia, como si el fútbol femenino local no mereciera memoria ni futuro.
📌2022
La génesis fue prometedora. En 2022, la Liga del Sur le abría la puerta al armado de un equipo representativo que fuera más allá de las fronteras del torneo local. Con escasos recursos pero mucho entusiasmo, el cuerpo técnico encabezado por Álvaro Jara Pinto debutó con una propuesta novedosa. La dirigencia pensó en elegir un DT sin club activo, para garantizar imparcialidad y tiempo, lo acompañaban Abril Loncaric, como Preparadora Física y Mauro Rojas, como ayudante.
Pero el entusiasmo duró poco. Pronto, la convocatoria de nueve jugadoras de un mismo club (Municipales) encendió una chispa que se convertiría en patrón: la selección, lejos de unir, empezaba a dividir.
Improvisaciones como una defensora bajo los tres palos, aún teniendo otras arqueras disponibles, renuncias silenciosas de jugadoras clave de Villa Mitre y cambios repentinos en el cuerpo técnico marcaron ese primer andar.
🎞️ EL DÍA QUE SALVIDE FUE ARQUERA (2022)
En el regreso a los entrenamientos en enero de 2023, para disputar la etapa final del torneo, Jara Pinto se alejó por diversos motivos, y Mauro Rojas y Sergio Goroso quedaron al mando. La selección le ganó a Tandil por penales en semifinales y luego a Junín, también en la definición desde los 12 pasos.
Pese a todo, el equipo logró la hazaña: campeón bonaerense en febrero de 2023. Un logro deportivo inmenso, sostenido más en la resiliencia de las jugadoras que en la organización dirigencial.
📌2023
Para 2023/2024, el proceso intentó corregirse. Se apostó por Javier Suárez, un técnico que en ese momento estaba sin club, que aceptó el desafío junto a Lorena Carabajal como Profe y Carlos Valle, como ayudante de campo.
La respuesta fue positiva: las referentes de Villa Mitre se sumaron por primera vez de forma masiva (eran 8), y el bicampeonato provincial fue una realidad. Pero nuevamente, hubo dos jugadoras, en este caso de Municipales las que decidieron no sumarse, sin demasiados motivos. Otro año, otra grieta, más allá del título. Aunque fue un proceso donde hubo varios equipos liguistas representados con algunas de sus buenas exponentes y pareció el más prolijo desde varios aspectos.
📌2024
Ya en 2024, con Suárez, al que le habían ofrecido su continuidad en el cargo, alejado por cuestiones personales, la Liga rompió su propia regla y eligió a Juan Stallocca, técnico activo de Villa Mitre, en ese momento. Lo acompañaron el PF, Pablo Di Meglio y su ayudante Martín Cela.
Un entrenador que, conocedor de sus dirigidas, citó a once jugadoras de Villa Mitre. El resultado: algunas molestias y desconfianza entre quienes sentían que el lugar se ganaba en la cancha… y quienes creían que ya estaba reservado desde antes.
La eliminación en semifinales marcó el final de otro proceso corto, intenso, pero sin el final esperado.
📌2025
En 2025, otro volantazo. Vuelve la figura del DT activo, esta vez con Walter Lofrano al mando. El técnico de Estrella de Oro toma el timón y con su ayudante, por primera vez, una jugadora en funciones. La elección de Antonela Tacchetti, actualmente delantera de Liniers, como parte del cuerpo técnico, generó nuevas bajas voluntarias, algunas de ex compañeras, por diversos motivos. Además lo acompaña el PF, Matías Almeida.
Una constante atraviesa todos los procesos: la falta de estabilidad, de planificación a largo plazo y, sobre todo, de construcción colectiva. Siempre hay un "pero". Siempre hay alguien que no se siente parte. La selección liguista, en vez de ser un orgullo compartido, sigue siendo vista como un espacio de poder antes que de fútbol.
También falla la competencia. La caída en el número de seleccionados participantes es un síntoma claro de que el torneo necesita reformularse. ¿Dónde está la proyección nacional? ¿Por qué un bicampeón bonaerense no tuvo su lugar en una instancia superior? ¿El premio solo queda en la participación y la copa para la vitrina?
A la par, el semillero empieza a empujar. El surgimiento de jugadoras en sub 14 y sub 17 marca un punto de inflexión. Pero sin una estructura sólida, sin una planificación integral que contemple selecciones juveniles y mayores con proyectos complementarios, todo volverá a empezar cada temporada.
El fútbol femenino no puede ser sólo fuego de artificio en diciembre. Necesita calendario, necesita pertenencia, y necesita dejar de ser un experimento. Porque mientras los cuerpos técnicos cambian, las jugadoras pasan y los títulos se levantan o se pierden, hay algo más importante que nunca se logra consolidar: que la camiseta del seleccionado sea verdaderamente de todas. No de algunas. No de un club. No de un dirigente.
Hay talento. Hay historia. Hay pasión. Falta política deportiva con visión de futuro. Falta creer de verdad que esto no es una actividad paralela, sino el futuro de un fútbol que ya cambió, aunque no todos lo hayan notado.
2025 será otra chance. Pero no hay proceso que resista si no se construye una identidad común. Una que no se pinte de un solo color. Que sea de toda Bahía, Punta Alta, Cabildo, Cerri, White. Y que no se rompa con cada nueva convocatoria.
LAS ÚNICAS QUE ESTUVIERON EN LAS 4 CONVOCATORIAS
La arquera Lourdes Capurro, y la mediocampista, Lucrecia Semper, son las únicas que formaron parte de todos los planteles anteriores. Y que junto con Antonella Sanhueza, podrían ser las que pueden contar su historia dentro de cada plantel que conformaron. Por eso la trivia al modo de Círculo Central 😜