De Río Colorado a Racing: el salto que Martina Burtre no vio venir
Dejó su ciudad natal para enfrentar un nuevo desafío en Buenos Aires, adaptándose a un ambiente competitivo y exigente en la academia.
Martina Burtre, surgida en Río Colorado, hizo gimnasia artística, patín, básquet y hockey antes de comenzar a jugar al fútbol, ya que en su ciudad no había fútbol femenino.
Su primer club oficial fue Buena Parada y en 2023, llegó a Municipales de Bahía Blanca, donde viajaba semanalmente para entrenar y competir. Su crecimiento la llevó a la selección de la Liga del Sur, hasta que por motivos de estudio se mudó a Buenos Aires para cursar kinesiología, donde una oportunidad inesperada la abrió las puertas en la reserva de Racing.
Hoy enfrenta un entorno competitivo, con sacrificios y apoyo familiar, mientras busca sumar minutos y cumplir su sueño en el fútbol profesional femenino.
▪️¿Cómo llega la posibilidad de Racing a tu vida? ¿Lo estabas buscando o fue medio de sorpresa?
—En realidad, fue medio de casualidad. Yo ya tenía pensado venirme a estudiar a Buenos Aires, pero Zoe Marcolini, y su papá me insistían mucho para que me venga a probar. Un día me animé y les escribí para saber si había pruebas. Y justo estaban buscando centrales. Eso fue un viernes. El lunes ya me estaba probando, fue todo muy rápido.
▪️Pasaste de tener un lugar ganado en Municipales a empezar de cero en Racing. ¿Cómo fue ese primer impacto?
—Sí, cuesta. Empezar de nuevo siempre cuesta. Pero me lo tomé con calma, tratando de disfrutar. Porque todavía no caigo del todo en lo que estoy viviendo. Y por suerte me encontré con un ambiente muy lindo, tanto por el grupo como por el club.
▪️Cuando jugabas en Muni, hacías viajes muy largos para entrenar y jugar ¿Sentís que ese esfuerzo valió la pena?
—Más vale. Fue un esfuerzo enorme, pero no solo mío. Mis papás me ayudaron muchísimo. Mi papá me llevaba tres veces por semana a Bahía. Todo eso tuvo sentido.
▪️¿Qué diferencia encontraste en el ritmo y la exigencia en Buenos Aires?
—Es todo más intenso. Acá compito con otras cinco centrales. Todos los días hay que dar lo mejor. Físicamente también fue un cambio fuerte: pasé a entrenar tres horas por día, y al principio me costó mucho adaptarme. Ahora me siento mejor, más a tono.
"Al principio me costó mucho adaptarme. Ahora me siento mejor, más a tono"
▪️¿Y emocionalmente? Porque pasaste de estar con tu familia a estar sola en otra ciudad...
—Al principio fue duro. Me sentía muy sola. Pero de a poco me fui acostumbrando. Hoy estoy más establecida, más tranquila.
▪️¿Qué representa Racing para vos hoy?
—Es un lugar donde me despejo. Si tengo un mal día, sé que vengo y me van a hacer reír. Las chicas me cargan, me sacan una sonrisa. Es un espacio que me hace bien.
▪️¿Qué es lo que más extrañás de tu paso por Muni?
—El vestuario, la música, las charlas con las chicas. A Stefy (Sueyro), que siempre nos motivaba, a Caro (Paz), la Rusa (Lindstrom), que también era muy compañera. Me acuerdo mucho de ellas.
▪️¿Qué objetivo personal tenés hoy?
—Quiero sumar minutos, jugar, poder estar ahí. Sé que la competencia es dura, pero voy a seguir peleando.
UNO DE LOS GOLES DE MARTINA CON LA CASACA DE MUNICIPALES
▪️Estudiás y entrenás. ¿Cómo llevás esa doble responsabilidad?
—Ya me acostumbré, pero al principio era una locura: salía de la universidad, comía algo rápido y salía para el club. Después dormir, levantarme temprano otra vez… Era todo muy seguido.
▪️¿Te costó integrarte al grupo?
—Los primeros días sí. Soy bastante tímida. Pero las chicas me recibieron muy bien y hoy tenemos un grupo muy lindo.
▪️Si pudieras hablarle a la Martina que arrancó en Río Colorado, ¿qué le dirías?
—Que siga soñando, que no afloje. Que pelee por lo que quiere.
▪️¿Te imaginabas estar acá hace un año?
—La verdad, no. Siempre lo soñé, pero nunca pensé que se me iba a dar esta oportunidad. Todavía me cuesta creerlo.
Martina sabe que el camino recién empieza y que el fútbol profesional exige constancia, sacrificio y paciencia. Pero también tiene claro que cada paso, por más difícil que sea, la acerca a su sueño. Su historia es un ejemplo de pasión y resiliencia: de una niña que empezó en Río Colorado jugando otros deportes, a una joven que hoy pelea por ganarse un lugar en uno de los clubes más importantes del país.